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sábado, 13 de agosto de 2011

Cuento: SOLITARIO AL REVÉS.



Dando una, dos, tres vueltas en su cama, abrió los ojos sobre su almohada, había despertado. Durante un momento que pareció una eternidad se quedo inmóvil con los ojos abiertos, poco a poco comenzó a recordar el mismo sueño que había venido teniendo hacia ya muchas noches, pero la diferencia era que hoy lo recordaba.


Se sentía tranquilo y seguro, eso le genero una felicidad por un instante, instante en el cual alguien perturbo su calma dando tres golpes a la puerta de madera de su habitación, este estruendo hizo temblar la cerradura interior de la puerta.  Entonces dando un puñetazo al colchón se incorporo sobre su cama, recordó que debía apresurarse puesto que tenía su cita con el terapeuta, pero hoy todo estaría mejor, porque estaba feliz de recordarlo todo.


Al llegar a la oficina del DR. HORACIO MARTINEZ,  como lo expresaba el pequeño listón de madera que estaba pegado en la puerta, tomo la cerradura y abrió de golpe. De pronto todo ante sus ojos era nuevo, volvió a dar un vistazo y reconoció que simplemente los muebles habían cambiado de posición, y todo parecía más amplio, sin caer aún en la nueva realidad dijo:
-          ¿Qué paso aquí?  -


Desde el fondo  en un escritorio de madera, el Dr. Horacio levanto la cabeza, y respondió;  -Bienvenido, Sr. Lucas Alfonso Vélez, veo que ya noto el cambio, ¿verdad que se ve bien?


Lucas no respondió nada- entonces el doctor prosiguió – Moví los muebles para cambiar de ambiente, de este modo se supone que fluyen mas las energías, pero siga siéntese y póngase cómodo- ¿cómo amaneció usted hoy?.


El Doctor y su paciente se sentaron uno frente al otro, Lucas en un mueble largo color vino tinto,  y el Dr. Martínez en una silla grande de cuero color café, con brazos gruesos de madera ya tenían el barniz un poco gastado.


Lucas dijo- hoy estoy muy bien, y acomodando su cabeza en uno de los extremos del diván, y levantando los pies entrecruzados al otro extremo, añadió- de hecho, me siento muy calmado.


El Dr. Horacio continuo- me alegra oír eso, pero cuéntame cual es la causa de esa tranquilidad, ¿haz recordado ese sueño que te agobia? – O prefieres no hablar de eso- se intervino a si mismo esperando no atosigar la comodidad de Lucas.
-Sabe doctor,  de hecho eso es lo que me tiene contento, hoy recuerdo paso a paso mi sueño y creo que eso resuelve mis preocupaciones, soñé que estaba en una cocina con mi madre, y reíamos mucho, fue un buen momento donde ella me aconsejaba, y eso me daba mucha paz y tranquilidad; - mejor dicho ahora estoy seguro de que ella es quien me protege, entonces no tengo porque sentir miedo de nada.


- El Dr. Horacio, con los ojos iluminados de alegría exclamo – ¡claro, Lucas!, eso es, ese sueño lo que te indica, es que ahora eres más seguro de ti mismo, pero recuerda que los sueños hacen parte de una realidad imaginaria, y que tu mamá sigue protegiéndote y seguirá a tu lado, pero desde otra realidad, porque ella ya está muerta desde hace cinco años y ahora ella te dio la señal de que puedes seguir adelante solo.
Ante la respuesta del Dr. Horacio, Lucas se sentó de nuevo en el mueble y se puso las manos sobre la cabeza, todo le daba vueltas ,si los sueños hacían parte de su imaginación, y lo hacían tan feliz él podía pasarse la vida durmiendo, de ese modo siempre estaría evadiendo la cruda realidad de estar solo en el mundo, pero por otro lado la realidad de saber que estaba solo le generaba independencia, y eso a su vez seguridad en sí mismo, y de una u otra forma reconocía que ya tenía 20 años y que era hora de enfrentar la realidad y recomenzar su vida.


-Sr. Vélez, ¿está usted bien? , ha comprendido lo que intento decirle – interrumpió el doctor.
Sacudiendo la cabeza – Lucas respondió, - si, no, si, no , - ¡SI¡ , tengo una idea- exclamo-  de ahora en adelante voy a vivir en la realidad y la fantasía al mismo tiempo será mi mundo creativo, si vivo en el mundo real con mi madre muerta, entonces todo estará bien porque ella me seguirá guiando.


No señor ¡ dijo exaltado el doctor Martínez, ese no es el punto. Usted sabe que es imposible mesclar la realidad con la fantasía, su madre está muerta y, los muertos no viven en el mundo de los vivos, -¡reaccione!
-         Lucas, sin embargo no atendió a las palabras del doctor y con una sonrisa dijo, ya ve doctor no es tan difícil lo que me planteo, creo que soy un genio.


-          Muy bien mi querido genio- replico el doctor con un aire de desolación- me temo entonces que usted deberá seguir, recluido en este hospital mental, si no cambia ese mundo creativo por un mundo real – y  levantándose de su silla de madera, le señalo la puerta de salida a            Lucas- y le dijo, te veré de nuevo Lucas Alfonso Vélez, la semana entrante, y no dejes de pensar en la conversación de hoy , quizás estemos más cerca a la solución de tu problema, por hoy me temo que se ha terminado tu tiempo.
    
l    Lucas caminando hacia la puerta salió dando manotazos a sus propias piernas y entre sollozos, explicaba a su mamá imaginaria, su punto de vista. 

Carmen Álvarez

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